Decimos democracia, por Juventud Sin Futuro

Decimos democracia cuando hablamos de participación en la política, de construir desde abajo la sociedad que decidamos entre todas, cuando hablamos de quitarle a los poderosos el monopolio de las decisiones de lo que afecta a la sociedad.

Decimos democracia cuando hablamos de justicia social, de igualdad, de que no es razonable ni sensato que unos tengan tanto a costa de la precariedad de todas las demás, que no puede haber propietarios de casas vacías mientras haya gente sin casa, ni propietarios de vidas, esperanzas y futuros ajenos; cuando decimos que nuestra vida sólo nos pertenece a nosotras y que, para recuperarla, necesitamos dar la pelea en la arena de la política todas juntas.

Decimos democracia cuando, por enésima vez, denunciamos los abusos policiales: cargar indiscriminadamente contra quien se manifiesta es una barbaridad. Hacerlo, además, cuando las manifestantes representan el sentir mayoritario de la sociedad, es propio de dictaduras.

Y decimos democracia cuando reclamamos transparencia y buen gobierno. Cuando decimos que un presidente probadamente corrupto, sostenido por un partido probadamente corrupto, no puede estar ni un minuto más al frente del Gobierno ni representar al país.

Ayer 18 de Julio, el gobierno del Régimen, presidido por Mariano Rajoy y sostenido por el PP, ambos bajo la sombra de la sospecha, volvieron a defender sus intereses y los de las élites financieras atentando contra la participación política y utilizando la policía con brutalidad. Ya sabemos que gobiernan para los ricos porque les han llenado los bolsillos con los sobres de la vergüenza, que tienen que irse porque nos roban y nos condenan a la pobreza, a la precariedad, al paro, al exilio, a ser desahuciados, a perder derechos y carecer de servicios públicos para hacer crecer las cuentas de resultados de las grandes empresas que les compran con sobresueldos.

Un partido probadamente corrupto no puede gobernar un país. Un Presidente probadamente corrupto tiene que dimitir. Un gobierno que ejerce su poder contra la ley, contra el programa con el que se le eligió y contra el Pueblo tiene que irse.

Ayer se fijaron, como en un campo de fútbol, las líneas que van a definir cómo se juega la política en España en los próximos tiempos: de un lado, la Mafia, quienes cobran y llenan sobres; de otro el Pueblo, la mayoría social harta de que la crisis sirva de excusa para robarle sus vidas y las quiere recuperar a golpe de Democracia.

0 comentarios:

Publicar un comentario