Desmontando a INECO. El tren de Cuenca tiene futuro, por la Plataforma del Ferrocarril

La Plataforma en Defensa del Ferrocarril Público y Social de Cuenca denuncia a través de este escrito, algunas de las incorrecciones producidas en el proceso de determinar las obligaciones de servicio público de los trenes de la línea ferroviaria Madrid-Cuenca-Valencia. Es necesario significar que este proceso es de especial transcendencia para Cuenca, porque del mismo debe partir una decisión sobre el futuro del ferrocarril de nuestra provincia y, por tanto, las personas de Cuenca debemos exigir al Ministerio de Fomento y a la consultora INECO que cumplan sus cometidos con un mínimo de rigor científico. 
  Desde el 20 de julio, fecha de la publicación del Real Decreto por el que se adoptan medidas en materia de infraestructuras y servicios ferroviarios, el Ministerio de Fomento ha utilizado razones completamente diferentes para determinar las obligaciones de servicio público de los servicios ferroviarios de media distancia. Primero, el 26 de septiembre promulgó el Plan de Infraestructuras de Transporte y Vivienda, donde se incluía una ficha con seis criterios para la racionalización de estos servicios y, posteriormente, hemos conocido el estudio de INECO sobre el cual debe adoptarse la declaración de obligación de servicio público de nuestros trenes. En este último caso, además de criterios económicos, se adoptan los valores de eficiencia social y medioambiental recogidos en el estudio patrocinado por la Union Internationale des Chemins de Fer y realizado por la consultora suiza INFRAS/IWW y la universidad alemana de Karlsruhe. Este trabajo, adoptado como referencia en los estudios de Renfe, ADIF e INECO, es una actualización sobre datos de 17 países europeos en el año 2000, cuya metodología fue corregida exhaustivamente respecto a un anterior estudio de 1995. Entre las correcciones introducidas, se reconoce que en el intervalo de 1995 a 2000, “los costes totales aumentaron un 12.1%”. Por tanto, es evidente que, transcurridos doce años, se precisa una nueva corrección tanto de la metodología, como de los costes externos -sociales y ambientales- que el estudio recoge de cada medio de transporte. 
  Ya con relación al análisis de INECO, decisivo para los intereses de Cuenca, en primer lugar la estimación de “costes externos” que ofrece no coincide ni con el estudio de la Universidad de Karlsruhe, ni con la Memoria Medioambiental 2010 de ADIF. Se ha comprobado de la consulta del citado trabajo europeo, que se han “suavizado” los costes del automóvil y, al mismo tiempo, se han sobrestimado los del ferrocarril. Además, los criterios para determinar la eficiencia medioambiental y social en las citadas memorias de ADIF y en el estudio de INECO son diferentes, sin explicarse en este último trabajo por qué emplea otra metodología a la comúnmente adoptada durante los últimos ejercicios. 
  Por otra parte, más allá de los citados indicadores sobre “costes externos” – que se trasladan erróneamente- y de una tabla final, sin memoria explicativa, al informe de INECO debe exigírsele una adaptación a la realidad de territorio y, en consecuencia, tiene que dar cuenta de las singularidades demográficas y caracterizar qué tipologías de personas son las usuarias de los servicios de la línea Madrid-Cuenca-Valencia. Y, también, todo estudio de transporte debe distinguir la ocupación de usuarios por surcos horarios y diarios, porque las personas que viajan no distribuyen sus desplazamientos de forma homogénea. 
  Desde la Plataforma de Cuenca, nos parece preocupante que nuestros datos no coincidan con los de INECO. Conforme a nuestros cálculos, registramos una infraestimación del número de viajeros de un 14,94% y de cerca de un 25% si se contemplaban las ciudades extremas de la línea. En todo caso, no puede exigirse unos umbrales de beneficio a una línea que ha carecido de un mantenimiento adecuado y que, desde hace tiempo, los viajeros no puede llegar a Valencia-Nord y Madrid-Atocha, cabeceras naturales de la línea. No es necesario recordar que estas deficiencias solo son imputables a la deficiente gestión de ADIF y Renfe, y que han sido denunciadas reiteradamente desde la Plataforma en Defensa del Ferrocarril Público y Social. 
  Además, dentro del rigor que debe exigirse a los análisis de Fomento, el trabajo, cuando supone la transferencia total de tráfico del ferrocarril a la carretera, debe: 1) determinar los servicios que son necesarios para asegurar que todas las personas puedan acceder al viaje que realizan en la actualidad, 2) definir los parámetros de calidad en tiempos de viaje, frecuencias y efecto red, 3) estimar los costes monetarios y temporales que van a tener que asumir los viajeros al desaparecer determinados servicios y 4) evaluar la repercusión económica en las localidades de destino de las desviaciones de los flujos establecidos de viaje. 
  Estas preguntas sin respuesta, que nos hacemos, invalidan el estudio de INECO. A falta de trabajos rigurosos y científicos sobre el transporte y la realidad de nuestra provincia, no puede adoptarse ninguna decisión que comprometa, decisivamente, el futuro de Cuenca. 

Cuenca, 6 de diciembre de 2012.

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