Los límites de la protesta social, por Comité Spinozista

Parece ser que el debate estos días, el debate que están dispuestos a difundir nuestros medios de comunicación y representantes políticos, no es otro que la cuestión de los límites legítimos de una protesta ciudadana. Como sabemos, el tema no es nuevo, pero ahora se plantea de manera unánime y generalizada con motivo de los escraches realizados por la PAH a ciertos políticos del PP. Tertulias, telediarios, comparecencias públicas de los políticos, periódicos, etc, parecen haberse puesto de acuerdo en tratar este tema. Es así que parece una “evidencia” que éste, y no otro, es un tema candente, de actualidad, de preocupación generalizada y que merece ser analizado. Las posiciones distintas en estos debates oscilan, desde la izquierda a la derecha, de las más o menos “comprensivas” hacia los que “escrachean”, hasta denuncias de lo más extravagante que pretenden hacer analogías entre las protestas de la PAH y grupos filo-terroristas o nazis. Sin embargo, dentro de este espectro más o menos variado de opiniones, la condena de los métodos presuntamente violentos de la PAH, ya sea con mayor o menor comprensión, recibe un mismo veredicto: sus métodos de escracheo son violencia ilegítima, una equivocación que les hará perder credibilidad.
   Por otro lado, encontramos en foros de discusión autónomos en Internet como blogs, periódicos independientes, etc., así como en las distintas comparecencias de los miembros de la PAH que tienen lugar en los medios de comunicación, un planteamiento de la cuestión bien distinto al que nos ofrecen masivamente los medios de comunicación. De este lado, la pregunta es quizás inversa a la planteada antes. La cuestión no es tanto la de cuáles son los límites de la protesta ciudadana, sino más bien, cuáles son los límites del poder de los gobernantes. ¿Tienen nuestros gobernantes derecho a todo, tienen carta blanca para hacer lo que les apetezca durante los años que dura su mandato, cuáles son las líneas rojas que no deberían poder traspasar? Entienden, los que defienden las acciones de la PAH, que es el gobierno quien con sus actuaciones ha traspasado las verdaderas líneas rojas que ningún poder debe traspasar, a saber, el atentar contra la seguridad de los propios gobernados. Desde este punto de vista es el gobierno el verdadero amigo del terror, que ha pervertido su fundamento al ponerse en contra, y no al servicio, de la población que dice representar.
 Esta contraposición de planteamientos no es arbitraria pues obedece a lógicas de poder bien distintas. La primera parte de una concepción jurídica absolutista. Según esta concepción el poder se haya temporalmente en manos de uno o varios soberanos, que tienen el derecho de ejercerlo, mientas los súbditos únicamente tienen el correlativo deber de obedecerles. La segunda concepción, sin embargo, entiende que la desobediencia tiene cabida frente al soberano, desobediencia que es el correlato necesario de un obrar irracional por parte del soberano que hace que los fundamentos del pacto que establecían la obediencia de los súbditos queden suspendidos. Estos fundamentos no son otros que el garantizar la paz, la seguridad y la libertad a las que tienen derecho los súbditos, y en virtud de las cuales quedan constituidos los poderes legales. Desde este segundo punto de vista, la desobediencia no es mala, sino que es incluso buena, pues se opone y corrige los desmanes de unos gobernantes cuya excesiva autonomía y separación con respecto a los gobernados puede hacerlos desembocar en una tiranía meramente represiva y jurídico-policial. La resistencia al poder por parte de las multitudes sería por tanto una garantía de racionalidad del mismo, pensamiento éste que se inscribe en una tradición republicana y democrática, como eran la de Maquiavelo o Spinoza, el cual decía:

“De un estado cuyos súbditos tienen tanto miedo que no pueden levantarse en armas, no se debería decir que la paz reina en él, sino solamente que no hay guerra. La paz, en realidad, no es ausencia de hostilidades, sino una virtud de la cual nace la fortaleza del ánimo. (...) A veces también sucede que la paz de un Estado depende solamente de la apatía de los súbditos, conducidos como si fueran ganado o ineptos para nada que no sea la esclavitud. Un país de este tipo tendría que llamarse desierto en lugar de Estado”
B. Spinoza, Tratado Político.

   Así pues a la luz de las dos posiciones comentadas, podemos comprender cuales son las dos lógicas subyacentes a los discursos citados al comienzo de este artículo. Por un lado, la lógica del poder constituido, autónomo y cerrado sobre sí mismo, que niega cualquier tipo de legitimidad a las protestas y acciones de sus subordinados. Por otro lado, la lógica del poder constituyente, una lógica siempre actualizada, siempre presente, que existe como límite natural que regula la excesiva autonomía y por tanto virtual irracionalidad de los poderes constituidos. El segundo planteamiento tiene un fundamento más físico que jurídico. Los súbditos no tienen derecho o deber de sublevarse cuando sus gobernantes actúan en su contra, simplemente, esto sucederá de manera necesaria cuando quede sobrepasado cierto límite tolerable. El segundo planteamiento señala además la necesidad para todo gobierno de entenderse a sí mismo más allá de un planteamiento meramente jurídico que marca derechos y deberes, la necesidad de entenderse a sí mismo como negociación constante, conflicto de intereses, correlación de fuerza o lucha de clases. Un poder que no se entiende a sí mismo de esta manera (al margen, claro está, de lo que proclame oficialmente de sí mismo) es un poder condenado a desaparecer. Sencillamente desconocer esto, supondría desconocer los fundamentos de su posibilidad, por decirlo así, “física”. Las justificaciones morales, teológicas, jurídicas, en fin, idealistas, pueden estar muy bien de cara a la divulgación con respecto a las clases subalternas que únicamente son contempladas como agentes pasivos expulsados de la vida histórica. Como apunta Spinoza al comienzo del Tratado Político, estos no son más que cuentos que nada tienen que ver con la verdadera teoría político-práctica que manejan los reales agentes de la historia, cuyos fines y procedimientos suelen ser, por lo general, poco confesables. 
  Y si suelen ser poco confesables es porque no están al servicio de los principios que, en teoría, les dieron origen y legitimidad. En efecto, la seguridad, la paz, la libertad, son supuestamente los fundamentos que dan poder a nuestros representantes, pero vemos claramente cómo los intereses económicos privados siempre quedan por encima de estos principios cada vez que se produce un desahucio, se recortan los servicios básicos, y se rescatan a los banqueros o se les indulta. Es por esto que cada vez más ciudadanos organizados revitalizan el verdadero fundamento de la democracia que es el poder constituyente de la multitud mediante manifestaciones, protestas, huelgas y desobediencias, que ponen de manifiesto la brecha existente entre los poderes constituidos y el pueblo que dicen representar. Un gobierno que no es capaz de interactuar con sus poblaciones, que se cierra en banda policial y jurídicamente, es un gobierno que pierde su legitimidad y su carácter democrático y que cada vez se revela más como una banda de saqueadores privados en contra de los intereses de la mayoría. En este momento, el pacto real o “virtual”, que supuestamente fundaba los cimientos de la sociedad, queda en entredicho, y se puede decir que el régimen entra en crisis. La crisis con respecto a los poderes constituidos que vivimos es, además, sistémica, pues no se limita a una fracción concreta de alguno de los poderes constituidos (el judicial, el policial, el mediático, o el económico), sino a todos ellos en su totalidad, que cada vez se presentan más como lo que son; no una pluralidad de opciones que representan los variados intereses de la sociedad civil (PP, PSOE, UPyD, La Sexta, Cuatro, Intereconomía, y las cúpulas burocratizadas y corruptas de ciertos sectores de IU y los sindicatos mayoritarios), sino una misma y monolítica fuerza separada al servicio exclusivo de la economía. Pues ya sean unos u otros, llamados de “izquierda” o “derecha”, todos ellos cierran filas siempre a la hora de condenar los movimientos destituyentes de la multitud en armas (aunque estás sean inocentes pegatinas, inocentes ocupaciones temporales y simbólicas de espacios públicos y privados, inocentes y pacíficas manifestaciones no autorizadas…). Tanto el Gran Wyoming como los esbirros de Intereconomía parecen cerrar filas aquí, como si cumpliesen con una férrea disciplina de partido. Lo mismo ocurre a la hora de ocultar y desvirtuar procesos emancipadores como aquellos que tienen lugar en Latinoamérica en países como Cuba, Bolivia, Ecuador o Venezuela. No es de extrañar, son guardianes del orden constituido, un orden que se dice al servicio del pueblo pero que en realidad tiene unos estrictos límites que conforman su verdadera unidad por contraposición a su falsa pluralidad aparente de “izquierdas y derechas”; la defensa de la economía y sus intereses por encima de los de la población cada vez más pobre y cada vez más expropiada. Fuera del orden económico, todo lo que tenga que ver con la construcción de la democracia por y para las multitudes, queda prohibido y fuera del pacto, como una aberración cuasi-terrorista con respecto a la cual no es legítimo otro trato que no sea la pura represión. El problema para nuestros gobernantes es que cada vez más gente está en contradicción con un pacto con multinacionales y bancos que los gobernados no han suscrito. Y un gobierno no puede sostenerse por mucho tiempo bajo el supuesto de que sus gobernados son todos terroristas.

Read more »

Moción contra la LOMCE, por Izquierda Unida

Modelo de moción contra la LOMCE de Izquierda Unida para presentar en ayuntamientos y parlamentos autonómicos, en la que también se pide la dimisión del Ministro Wert. Esta moción, redactada por el  Área de Educación, está enmarcada en la campaña  Federal de IU  para exigir la retirada de la contrarreforma educativa del PP.

 
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Desde la llegada del Gobierno del PP, se han recortado 5.212 millones de euros en Educación. Todos estos recortes han ahondado en la política de deterioro de la educación pública, tanto en el desarrollo de las enseñanzas como en las políticas de personal (merma retributiva, precarización de condiciones laborales del profesorado, cerca de 80.000 docentes menos, más horas de clase y más estudiantes por aula; menos becas y más tasas en etapas no obligatorias y en servicios esenciales, como el comedor o el transporte escolar).

La inversión pública educativa en España ha descendido en casi 8.000 millones de euros en estos últimos años y en 2015 el PP se ha comprometido a recortarla hasta el 3,9%, lo que supondrá volver a los años 80 situándonos a la cola de la OCDE y la UE.

Estos recortes se quieren justificar ideológicamente mediante el Anteproyecto de Ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE), una reforma que atenta contra el derecho a una educación de calidad en condiciones de igualdad.

Es una reforma IMPUESTA: sin un diagnóstico compartido, sin debate previo y de espaldas a la comunidad educativa. Se plantea SIN RECURSOS: en medio de brutales recortes que degradan la calidad educativa y atentan contra su equidad. Tiene un marcado enfoque MERCANTILISTA: supedita la educación a intereses economicistas, anteponiendo las necesidades de los mercados a la formación integral, suprimiendo materias y contenidos poco “útiles” para el mercado. Es una reforma PRIVATIZADORA: incluye a las empresas como parte del Sistema Educativo, permite crear centros privados con recursos públicos y otorga un papel subsidiario a la escuela pública. Es una reforma SEGREGADORA: restaura itinerarios segregadores desde los 13 años, devalúa la FP y convierte la educación en carrera de obstáculos con continuas reválidas excluyentes.

Es una reforma ANTIDEMOCRÁTICA: suprime competencias de la comunidad educativa en la gestión de centros y opta por una dirección unipersonal nombrada por la administración. Es una reforma COMPETITIVA: promueve la competitividad entre los centros y su especialización, estableciendo clasificaciones según resultados o ranking, que servirán para obtener mayor financiación. Es una reforma ADOCTRINADORA: potencia la enseñanza de la religión e impone una alternativa “dura y evaluable” al gusto de la jerarquía católica. Es una reforma SEXISTA: permite la enseñanza separada por sexos asegurando financiación pública a centros que la practican. Es una reforma RECENTRALIZADORA: menosprecia la diversidad lingüística y cultural de las CCAA, impone la mayor parte de los contenidos curriculares, menosprecia y desconfía del profesorado.

Los principales cambios que introduce esta reforma responden a un pensamiento clasista y segregador. Viejas recetas que no han dado los resultados “esperables” en aquellos países donde se han aplicado y que la comunidad científica internacional viene rechazando de plano. No sirven para construir la escuela del futuro, sino para restaurar la mala educación del pasado apostando por la segregación del alumnado, por expulsar al alumnado con dificultades del sistema educativo, por reducir la participación de los distintos sectores de la comunidad educativa y por consolidar dos redes de centros educativos, financiadas con dinero público, pero dirigidas a un alumnado bien diferenciado: los centros públicos como red asistencial, dirigida a los sectores más desfavorecidos de la población; y los centros privados concertados, con capacidad para seleccionar a su alumnado.

IZQUIERDA UNIDA considera que las medidas necesarias para mejorar nuestro sistema educativo tienen que ir en la dirección de ofrecer una educación de calidad para todos, tanto de quienes tienen mayores dificultades de aprendizaje como de quienes tienen mayor capacidad y motivación para aprender. Un sistema educativo de calidad debe asumir el compromiso de elevar el nivel de formación de todo el alumnado, sea cual sea su origen social o procedencia y su situación de partida, sin segregar ni limitar sus posibilidades futuras. Más educación y mejor educación para todos: éste es el camino a seguir.

Para ello, es preciso una educación PÚBLICA, de titularidad y gestión pública, que garantice el derecho universal a la educación en condiciones de igualdad y contribuya al éxito escolar de todo el alumnado. Una educación LAICA que respete la libertad de conciencia y elimine toda forma de adoctrinamiento del currículo escolar. Ello exige derogar los acuerdos con el Vaticano y otras religiones, sacar YA la religión del horario lectivo y suprimir la simbología religiosa de los centros escolares. Una educación PERSONALIZADA, INTEGRAL E INCLUSIVA, que reduzca la ratio de estudiantes por grupo y potencie la tutoría y la orientación educativa, con un currículo y una organización pensados para atender mejor a la diversidad del alumnado y formar ciudadanos críticos y capacitados para cooperar en la construcción de un mundo mejor y más justo. Una educación en IGUALDAD que fomente la coeducación y no segregue por razón de sexo ni de orientación sexual ni por ninguna otra característica de índole personal o cultural. Una educación DEMOCRÁTICA que potencie la participación de toda la comunidad educativa en la gestión y funcionamiento de los centros y distritos escolares. Una educación que MOTIVE AL PROFESORADO, reconociendo y confiando en su labor, acordando sus condiciones de trabajo y mejorando su formación inicial y permanente. Una educación con FINANCIACIÓN pública suficiente, garantizada por Ley, que se blinde frente a recortes, que alcance la media europea en PIB y asegure un sistema integral de becas, así como la gratuidad de materiales didácticos, comedor y transporte escolar en la enseñanza obligatoria.

Por ello IZQUIERDA UNIDA une su voz a la gran mayoría de la comunidad educativa para EXIGIR la RETIRADA del proyecto de LOMCE, que se promueva un amplio DEBATE PÚBLICO, con participación de expertos y de todos los sectores del ámbito escolar, para alcanzar un DIAGNÓSTICO COMPARTIDO sobre las causas de los principales problemas de nuestro sistema educativo y plantear MEDIDAS CONCRETAS con RECURSOS SUFICIENTES que sirvan para extender y mejorar nuestra EDUCACIÓN PÚBLICA.

Por ello, el Grupo Municipal _____________________________ eleva al Pleno esta Moción proponiendo el siguiente acuerdo:
Exigir la dimisión del Ministro Wert, que está desmantelando el sistema educativo público, del cual debería ser garante y firme defensor
Exigir que el Gobierno y la Comunidad Autónoma, en vez de recortar en educación, destinen un “rescate” similar a educación como están destinando a rescatar a los bancos y grandes grupos financieros, aumentando los Presupuestos para Educación Pública en los PGE y en los Presupuestos Autonómicos a la media europea, el 7% del PIB, destinando además un 2% del PIB a la Educación Superior.
Exigir la retirada inmediata el Anteproyecto de Ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE) por ser una reforma segregadora, antidemocrática, mercantilista y hecha a espaldas de la comunidad educativa y social.
Exigir al gobierno central debatir y alcanzar realmente un diagnóstico compartido con toda la comunidad educativa y las fuerzas políticas y sociales sobre la situación real de nuestro sistema público educativo, con el fin de plantear medidas efectivas para extender y mejorar la educación pública, avanzando hacia un modelo educativo que contribuya al éxito escolar de todo el alumnado y a la formación de personas más iguales, más libres, más críticas y más creativas que aporten su formación en la construcción de un mundo más justo y mejor.
Dar traslado de la presente Moción al Gobierno Central, al Gobierno de la Comunidad Autónoma de ...................................... y a los Grupos Parlamentarios del Congreso de los Diputados y del Senado.

Read more »

Elogio del escrache, por John Brown

Ada Colau lo anunció claramente durante su comparecencia en el Congreso: la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) no se quedaría con los brazos cruzados mientras se tramita la Iniciativa Legislativa Popular sobre la dación en pago y otras medidas relacionadas con los desahucios. La PAH ejercería toda la presión necesaria para que los diputados tomasen conciencia de la espantosa situación que crea para numerosas personas la legislación actual. Teóricamente, en la cuestión de los desahucios, los distintos gobiernos españoles se limitan a cumplir la ley y, como se cumple la ley, se tapan los ojos ante la violencia que esto supone. Y es que esta ley que no contempla la dación en pago para las personas -aunque sí para las empresas- ha expulsado de su vivienda a más de 400.000 personas y provocado más de 400 suicidios y un sinfín de situaciones de miseria, humillación y sufrimiento. El operativo habitual de desahucio corre fundamentalmente a cargo de agentes de policía y oficiales de juzgado. Estos se presentan ante la vivienda de la persona condenada al desahucio y la presionan por todos los medios para que abandone su domicilio. Todo vale: gritos, amenazas, intimidaciones, golpes, puertas descerrajadas, etc.
  Cada intervención de este tipo recuerda a pequeña escala las de los ejércitos coloniales que, como antaño el francés en Argelia y hoy el israelí en Palestina, expulsan a los nativos de sus viviendas en nombre del interés del más fuerte. Se ha dado el caso de que, ante la inaudita violencia de los desahucios, miembros de los distintos servicios que participan en ellos -bomberos, cerrajeros, incluso policías- hayan hecho objeción de conciencia. Cuando se expulsa a una persona de su vivienda, la sensación de estar violando algo sagrado es muy clara y muchos policías recurren, para aguantarla, a la vieja estratagema de su oficio: adoptar una actitud sumamente violenta en los gestos, los actos y las palabras para evitar toda posible identificación con la víctima. Esto les permite dotarse de una carapaza moral. La cosa es gravísima, pues, si se atiende a criterios jurídicos formales, lo que se está conculcando es un derecho fundamental: el derecho a la vivienda reconocido en las cartas de derechos fundamentales y en la propia constitución española. Estamos efectivamente en un tiempo oscuro en el que todo derecho, por fundamental que sea, palidece ante el único que según las autoridades debe prevalecer: el derecho de propiedad de los bancos.
  La mayoría de los diputados y de los responsables políticos españoles contempla la cuestión de los desahucios con una mezcla de fingida indignación moral por las consecuencias de la ley vigente y de un fuerte "sentido de la responsabilidad" que les hace mantener y defender esta misma ley. Las actitudes varían en una gama que va de la necesaria defensa de la propiedad y de los contratos como base del orden social, independientemente de sus consecuencias para los demás, hasta la pretendida ignorancia de quien afirma que no tiene nada que ver con todo esto. Desde los soldados del deber que están dispuestos a defender el sistema hasta la última gota de sangre de los demás, hasta los hombres y mujeres "buenos" que tan solo votan lo que les dicen los dirigentes de sus partidos. Ambos tipos de personaje moral han salido a la luz como resultado del auténtico experimento social que han constituido los últimos escraches de la PAH. Era patético ver a un diputado rodeado de policías nacionales que intentaba llegar a la estación de Atocha para tomar su tren de regreso diciendo a los miembros de la PAH que intentaban hablar con él que: 1) ya lo estamos solucionando, 2) yo no tengo nada que ver con esto. Patético. Patético era también el diputado que se quejaba de la "violencia inaudita" del escrache que sufrió su domicilio el día anterior, con llamadas al timbre, golpes en la puerta, alarma entre los vecinos, inquietud de los niños, un auténtico escenario...de desahucio. Este último se limitaba a condenar la "violencia" de los manifestantes y no prometía nada, incluso amenazaba con no tener en cuenta las reivindicaciones de la PAH, pues se expresaban de una manera inaceptable.     
  El escrache es una vieja táctica de intervención social nacida en Argentina. De lo que se trataba inicialmente era de impedir la impunidad de los asesinos y cómplices de la dictadura militar y, posteriormente, de los delincuentes financieros que devastaron el país. Se trata de un acto en el que se combinan el señalamiento del responsable y su repudio social. Ciertamente, hay una cierta violencia en los escraches: la consistente en levantar el velo de normalidad que cubre el horror cotidiano y protege a sus responsables bajo las apariencias de la legalidad, del deber, o del anonimato. Adorno y Hannah Arendt reconocieron que el régimen nazi jamás habría podido funcionar tan solo a través de los miembros del partido nazi y de sus organizaciones directamente implicados en la violencia: era necesario que intervinieran cotidianamente un sinfín de personas anónimas que "cumplían con su deber" haciendo tareas de policía, gestionando el tráfico ferroviario, escribiendo en la prensa, diciendo misa, etc. Estas personas siempre afirmaron que no tenían nada que ver con ningún crimen, pero tampoco se preguntaron nunca por el sentido y las consecuencias de sus actos. El escrache los obliga a hacerlo y, si no consigue efectos en el propio sujeto, al menos lo marca de infamia ante el vecindario.
  El escrache no permite que el mal se esconda debajo de la banalidad de los gestos cotidianos: el diputado que vota "por disciplina de partido" una ley inícua es reponsable de esa ley y de sus efectos, el que apoya a un malgobierno cruel y despótico no puede apoyarse en la mayoría electoral para considerarlo legítimo, el que muestra "sentido de la responsabilidad" apoyando leyes "necesarias" puede contemplar en directo las consecuencias no menos necesarias de sus leyes. Y es que las propias víctimas de estas medidas y de su barbarie se lo están diciendo a la cara. El escrache muestra así, por debajo de las apariencias de cohesión y de consenso que toda sociedad pretende darse, el tremendo desgarro, la herida profunda y sangrante que recorre las sociedades de clases, sobre todo en períodos de agudización de los procesos de desposesión como el que hoy vivimos. La violencia del escrache es una violencia moral, pero ese tipo de violencia, a diferencia de la física, fácilmente asimilable por el poder, tiene hoy muchísima fuerza: distingue un "nosotros" múltiple que abarca a la inmensa mayoría de la sociedad de un "ellos" compuesto por los beneficiarios del régimen actual y sus intermediarios políticos, permite delinear un espacio de antagonismo. El escrache es una estrategia de vacío social en torno a los responsables: un régimen político sólidamente implantado es capaz de hacer que la inmensa mayoría hable en primera persona del plural, que diga "nostros" refiriéndose al pueblo o a la nación; en un régimen en crisis, ese "nosotros" pierde su coherencia y se contrapone a un "ellos" que designa a esos otros que gobiernan ajenos a cualquier principio de "decencia común". 

Fuente: 
http://iohannesmaurus.blogspot.com.es/2013/03/elogio-del-escrache.html?spref=fb

Read more »

Un clásico: Toda la esperanza de los proletarios reside en la república, por Louis-Auguste Blanqui

Tomamos prestado de nuestra revista hermana Youkali. Revista crítica de las artes y el pensamiento (www.youkali.net) este clásico y su introducción. La traducción es de Juan Pedro García del Campo.

 Tras la revolución de 1830 -en la que, como en otras conspiraciones anteriores ha participado activamente- Louis Auguste Blanqui se unió a la Sociedad de los Amigos del Pueblo (organización que fue disuelta pero que siguió funcionando clandestinamente hasta que, tras un nuevo intento de insurrección en París en 1832, sus miembros fueron abandonándola poco a poco para agruparse en nuevos proyectos). En 1833 Blanqui aborda la preparación de una publicación quincenal, "Liberador", de apenas 4 páginas, que sería repartida entre los suscriptores que quisieran participar en el proyecto. El texto que presentamos corresponde a la primera de las entregas de ese nuevo proyecto.


Continuamente se nos pregunta qué entendemos por el término proletarios, esa palabra con la que designamos a la inmensa mayoría de los franceses. "Había proletarios en Roma -nos dicen-, pero en nuestros días ya no existen. Bajo el reinado de Louis-Phi­lippe los franceses son iguales ante la ley".

  Ese es el lenguaje de los periódicos comprados. Quizá es hasta inútil decirlo, porque cualquiera se daría cuenta de inmediato. Este tipo de cosas sólo pueden escribirlas plumas venales.

  ¿Los franceses son iguales ante la ley, decís? ¿Y, qué diferencia decís entonces que hay entre los obreros franceses y los proletarios romanos?

Los proletarios romanos regaban con su sangre los campos de batalla donde orgullosos patricios acababan de conquistar los honores del triunfo. En tiempos de paz, les eran impuestos los trabajos más duros: atravesaban o aplanaban montañas, cambiaban el curso de los ríos, excavaron puertos; y a cambio de tantos sudores y de tantas fatigas, recibieron los desprecios y los malos tratos de los aristócratas de Roma. Ningún derecho político para ellos en compensación de los servicios prestados a la patria; eran tachados de la lista de los hombres y reducidos al nivel de las bestias.

  Damos el nombre de proletarios a los obreros y a los campesinos franceses porque no vemos ninguna diferencia entre su condición y la condición de los proletarios romanos, porque soportan todas las cargas de la sociedad sin gozar de ninguna de sus ventajas.

  Os atrevéis a decir que los franceses son iguales ante la ley, pues ved entonces la insolente riqueza que hace recaer sobre el pobre un despotismo agobiante, ved ese puñado de ricos, cebados de privilegios y monopolios, que se han puesto en el lugar de los nobles y los curas para explotar al pueblo; ved a ese pueblo, lleno de virtudes y de generosidad, que arrastra su miserable vida cargada de sufrimientos y privaciones y que trabaja diez horas al día para comer un pedazo de pan.

  ¿Los franceses son iguales ante la ley? Pero la ley, tal como la han hecho los actuales dominadores, es exclusivamente para el beneficio del rico y para la desventaja del pobre; es hostil al pobre. ¿La ley? Es una espada que se levanta sin cesar para golpear sobre cualquiera que no aloje su mole fastuosa en un magnífico palacio, que no devore para cenar veinte platos suculentos.

  ¿Los franceses son iguales ante la ley? Pero ¿por qué entonces de un total de treinta y tres millones de individuos sólo cien mil están en posesión de sus derechos políticos y existen como hombres y como ciudadanos mientras que el resto de los franceses está encerrado como un vil rebaño? ¿Por qué entonces sólo los ricos ejercen las funciones de jurados, de electores, de diputados, mientras que los pobres (y están en una proporción de cien contra uno frente a los ricos) sólo son buenos para mantener a los poseedores y para hacerse matar en la frontera para defender propiedades que no son suyas y a hombres que les hacen llevar un yugo insoportable?

  En vano se querría negar un hecho cuya evidencia es tan palpable; en vano se nos querría persuadir de que la igualdad reina entre nosotros. Hay en Francia dos naciones: la de los privilegiados y la de los no-privilegiados; a estos últimos les llamamos proletarios. Son verdaderos proletarios, es decir, seres que sólo tienen de hombre el rostro y cuya condición es mil veces peor que la de los animales, porque el animal al menos no tiene nada de racional: el proletario, al contrario, está dotado de una razón que le da el sentimiento de su dignidad, que le hace comprender que es igual que el amo que le explota y que le humilla, y que la naturaleza le ha creado para ser igual que su semejante y no para rebajarse ante él.

  Además ¿no han reconocido nuestros adversarios que efectivamente hay dos naciones en Francia desde el momento en que han lanzado un largo grito de terror por el aspecto de las masas sublevadas para pedir el pan?

Hay que acordarse de ese famoso artículo del diario de Debates en el que los obreros franceses eran tratados como bárbaros; donde se decía que el enemigo que más debe temer hoy la civilización no saldrá de las estepas de Tartaria sino que será vomitado por los talleres y las fábricas. Pero nosotros sabemos que nuestros antagonistas, los ricos, identifican su causa con la causa de la civilización y que cuando ponen en juego la civilización están en juego, con ella, sus intereses y su individualidad. Para ellos, la civilización es el orden de cosas actual, el reino de la corrupción y del egoísmo, el régimen de la aristocracia financiera; por ellos, las masas son víctimas de la miseria y de la desesperación y un puñado de ricos se revuelca en un lujo totalmente superfluo.

  Vosotros mismos reconocéis que en Francia hay dos tipos distintos de intereses: los intereses de las masas, de los pretendidos bárbaros, de los proletarios, y los intereses de eso que llamáis la civilización, es decir, vuestros propios intereses, los intereses de la riqueza, de la ociosidad y del orgullo. Pues bien, con eso es precisamente con lo que queremos acabar predicando la república, porque la república será esencialmente el reino de la igualdad y del derecho común.

  Igualdad, derecho común, esas dos expresiones resumen todos nuestros proyectos de mejoras y de reforma social. Para nosotros, la república no es un fin sino solamente un medio. La igualdad es nuestro fin; si queremos destruir la monarquía es porque es incompatible con ella.

  Proletarios que sufrís y que hacéis oír inútiles quejas: sólo la república, la igualdad, puede poner fin a vuestros sufrimientos. La república os librará de los vampiros que se alimentan de vuestra substancia, de los opresores que usurpan vuestros derechos y que os dictan sus soberbias voluntades. La república abolirá todas las leyes fiscales que pesan sobre el consumo y sobre los objetos de primera necesidad, y no sólo no se apoyará en la necesidad del pobre para mantener el lujo del rico, sino que proveerá a la subsistencia de todos los que no puedan ganarse la vida trabajando. La república será la providencia de los infortunados, sólo tendrá un peso y una medida, abatirá a los grandes, sacará a flote a los débiles.

  La república hará desaparecer la distinción entre privilegiados y proletarios. Ese es el mayor servicio que prestará a la humanidad.

Proletarios, toda vuestra esperanza está en la república. Si lo dudáis sólo tenéis que comparar los males con que os aplasta la monarquía con los bienes que os promete la república. Comparad vuestros dolores presentes, la sumisión en la que vivís, las innumerables privaciones a las que estáis abocados, y ese futuro de libertad y de bienestar del que la república será señal y aurora.



Read more »

Mitos acerca de la movilización social: (II) de la conciencia informada, por Aurelio Sainz

El segundo mito acerca de la movilización social sobre el que quisiera reflexionar es el que llamaré “mito de la conciencia informada”. Este mito vendría a decir que basta con estar bien informado para decidirse a participar en una acción colectiva en pos de un bien común.
  El mito de la conciencia informada es, en parte, una variante del mito de la movilización individual, ya que como éste presenta al individuo aislado, esta vez encerrado en su conciencia, tomando decisiones fuera del mundo. Pero, añade un tono entre “espiritualista” y “cibernético” al individuo separado que merece ser atendido por sí mismo.
  Por supuesto, al presentar este mito no pretendo decir que no es necesaria la información, y más todavía la buena información, para la movilización social, sino argumentar que existe una imagen mitificada de la movilización social que nos hace pensar que es suficiente con la información para que aquella se produzca, se mantenga y se extienda.
  Nuestra experiencia por sí sola ya nos dice que no es así, pero podemos de nuevo mostrar que no es sólo que la realidad tenga poco que ver con esa imagen, sino que además la movilización jamás podría surgir de la mera información.
  Esta vez voy a utilizar otro dilema llamado “del prisionero” para mostrar la imposibilidad del mito de la conciencia informada. Existen múltiples versiones que exponen el dilema. Pero voy a probar a hacerlo con una nueva por razones que se verán más adelante.
  “Cuentan que, después de una semana de haber escatimado el arroz a sus discípulos Me y Ti, el maestro Bao-Pi echó en falta algunos puñados de cereal en la despensa y llamó a sus dos discípulos por separado para proponer a cada uno de ellos las siguientes opciones.
  –Si ninguno de los dos confesáis haber robado el arroz, les dijo primero a Me y luego a Ti, sólo os daré con mi bastón dos golpes en la cabeza a cada uno. Más que nada para recordaros que soy el maestro y vosotros sólo discípulos. Si tú (Me o Ti) confiesas, a ti te daré un golpe en la cabeza por robar el arroz, pero a tu compañero le daré ocho golpes por callarse. Y si confesáis los dos, os daré seis golpes a cada uno, porque, no me negarás que lo tendréis bien merecido por ladrones. Y recuerda, terminó, no se te ocurra hablar de este asunto con tu compañero porque en ese caso recibiríais diez palos en cada cabeza”.
  Me y Ti tuvieron acceso por tanto a toda la información. Cada uno sabía cuales eran las posibles consecuencias de sus acciones. Para facilitar la tarea al lector o lectora, las expondré en forma de tabla.
 


Ti no confiesa
Ti confiesa
Me no confiesa
2 Me / 2 Ti
8 Me / 1 Ti
Me confiesa
1 Me / 8 Ti
6 Me / 6 Ti
 
Se ve fácilmente que si Me y Ti no podían ponerla en común para llegar a un acuerdo, esa información resultaba totalmente inútil. Si cada uno tenía que decidir sin hablar con el otro, entonces ambos estaban avocados a confesar. Confesar les suponía moverse entre la posibilidad de recibir 1 o 6 palos. Mientras que no confesar conllevaba o bien 2 o bien 8 golpes. Como era de esperar que los dos hicieran el mismo cálculo, al final lo más probable es que acabaran recibiendo 6 por cabeza. Por el contrario, si hablaban entre sí, podían llegar fácilmente a la conclusión de que lo mejor para ambos era no confesar y recibir dos golpes cada uno. Pero el maestro ya había anticipado esa posibilidad y puesto los medios (10 golpes de castigo) para evitarla.
  El dilema del prisionero demuestra que allí donde está en juego la posibilidad de alcanzar un beneficio compartido, la información es inútil si no es recibida en una situación en la que sea posible la cooperación. Extrapolando a las movilizaciones sociales, hay que decir que la información no sirve para nada si no hay una predisposición para trabajar en común y una posibilidad material de hacerlo y de poner esa información al servicio de un objetivo compartido.
  Cuando se trata de alcanzar un bien común, como ocurre en los movimientos sociales, primero tienen que darse, o hay que buscar, las condiciones para la colaboración y, sólo después, podrá sernos útil la información. No debemos extrañarnos, en consecuencia, si hay personas que no se inmutan ante una noticia que en nosotros genera una tremenda indignación; simplemente están comprometidas con otro proyecto.
  Un ejemplo. La reforma exprés de la constitución, acordada por el PSOE y el PP en agosto-septiembre de 2011, que prioriza el pago de la deuda del estado por delante de cualquier otro gasto, junto al incumplimiento sistemático de sus respectivos programas electorales por esos mismos partidos, serán considerados como un golpe de estado de los mercados financieros por quien entienda que los representantes políticos se deben a sus votantes y a las promesas electorales por las que estos les han elegido. Pero no pensará lo mismo quien entienda la democracia representativa de otra forma, por ejemplo, quien considere que ésta consiste en elegir alternadamente una cuadrilla u otra de jefes cada cuatro años.
  Si he elegido narrar el dilema del prisionero a través de la imitación de un cuento zen en lugar de la versión de acusados y fiscales, que suele ser la habitual, es porque pretendo que resuene con la historia siguiente.
  "Dijo el maestro Zen a su discípulo:
 –Si dices que esta vara es real, te golpearé con ella. Si dices que esta vara no es real, te golpearé con ella. Si no dices nada, te golpearé con ella".
  En esta historia encontramos otro ejemplo en el que la información es completa pero no sirve de nada. Opte por lo que opte, el discípulo recibirá un golpe. Pero, como explica Gregory Bateson, de quien la he tomado prestada, el objetivo de la historia es dirigir la atención hacia la relación entre el administrador y el receptor de las opciones y de las consecuencias, es decir, señalar la relación de poder entre el maestro y el discípulo.
  En la versión zen del dilema del prisionero, en efecto, hay una opción que no puede pasar desapercibida después de leer esta segunda historia. En realidad, si Me y Ti hablaran entre ellos, seguramente no optarían por no confesar y así recibir sólo dos golpes cada uno. Ni tampoco esperarían pasivamente los diez golpes con los que el maestro buscaba impedir a toda costa esa opción. Es muy probable que si hablaran, su cooperación se dirigiera hacia una acción colectiva mucho más útil: quitarle al maestro el palo y el arroz.
  Al hecho de que la información sea inútil si no se dan las condiciones subjetivas y objetivas para la cooperación hay que añadir que la cooperación posible de los receptores abre las puertas a la transformación completa de la relación entre los que administran la información y los que la reciben. Como sabemos, no hay movimiento social que se precie que no busque dotarse de herramientas de información útiles para romper el monopolio del sistema de comunicaciones que difunde la versión oficial sobre el asunto en litigio.
  Pero hay más, porque el problema de fondo no es ni mucho menos la administración de la información, sino la misma relación de poder. Lo que en estas historias se deja ver es que la cooperación es por sí transformadora de la relación social, es por sí la apertura de un camino de liberación. Y es por eso que genera tanta preocupación en los defensores del régimen. Nada hay que asuste más al poder que ver a las gentes del común poniéndose a hacer proyectos juntas. De ahí que no haya sistema de dominación que no se sostenga en la creación de instituciones que impiden la cooperación de los subalternos.
  La cooperación de los de abajo, sin embargo, no se obstaculiza más a través de la canalización de las conciencias que por medio de la gestión de los cuerpos. De hecho, la diferenciación entre conciencia y cuerpo en la que se apoya el mito de la conciencia informada sólo puede generar confusión –y lo mismo hay que decir de todo mito similar que reduzca la implicación social a un simple cambio en la forma de pensar.
  Lo que somete a los y las trabajadoras no son las ideas de los capitalistas, sino una distribución tal de los medios de producción que los condena a vender su fuerza de trabajo para sobrevivir y a competir entre sí por venderla.
  Los ecologistas saben que lo que destruye el medio ambiente no son las ideas desarrollistas, sino una práctica sistemática de producción por la producción y de consumo por el consumo que pasa por encima de las necesidades de los ecosistemas en una carrera loca por ver quién produce y quién consume más cosas inútiles.
  Por sí mismas las ideas de orden y mando no oprimen a nadie, el poder consiste en una enmarañada red de dispositivos que produce cuerpos vivos, útiles y dóciles: individuos atomizados, disciplinados y controlados.
  La dominación machista no se reduce a un puñado de ideas, sino a una manera de ocupar los espacios sociales, de conducirse, de vivir, en definitiva, que empuja hacia afuera del espacio público a las mujeres, que las confina en la esfera de lo privado, que las excluye material y simbólicamente hasta el asesinato...
  Y como la dominación es de naturaleza física y busca por sistema desbaratar la cooperación de los resistentes, la liberación no puede contentarse con la conciencia, y menos si ésta se entiende como conciencia aislada, y tiene que ponerse como objetivo principal buscar la cooperación práctica, la puesta en marcha de proyectos comunes.
  Para alcanzar sus objetivos, los movimientos sociales crean diferentes formas de cooperación y nada serían sin ellas. Y el problema en cada momento histórico, y en eso el momento actual no es una excepción, es cómo conseguir la forma de cooperación posible más efectiva (para desafiar la estructura de poder existente) y más horizontal (para no reproducir sistemas semejantes a los que pretende abolir).
  A día de hoy, esa forma de cooperación es la asamblea abierta.
 
Aurelio Sainz
 

Read more »

Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos, por UJCE

En el día de hoy, hemos conocido la trágica noticia del fallecimiento de Hugo Rafael Chávez Frías, Presidente de la Venezuela Bolivariana, referente de toda la América Latina insurrecta y rebelde, así como de todas/os los revolucionarios del mundo entero. 
  Nacido en una familia humilde, Hugo Chávez, saltó a la palestra internacional tras la intentona revolucionaria de 1992, en la que un grupo de jóvenes oficiales, guiados por las ideas de Bolívar y dirigidos por Chávez, trataron de derribar al entonces presidente Carlos Andrés Pérez, responsable de centenares de muertes tras el estallido popular conocido como el “Caracazo”. Dicha protesta se debió a la aplicación de un salvaje paquete de medidas neoliberales, preludio de las que se aplican hoy en Europa, y que generaron alzas de precios, despidos, hambre y miseria. 
  Si bien no se lograron los objetivos militares, sí se dejó sembrada la semilla de descontento social hacia el bipartidismo y –en un momento histórico de extrema dificultad tras la victoria de la contrarrevolución en la URSS, donde preponderaban las tesis del fin de la historia- dejó sembrada la esperanza de un cambio político y social en favor de las grandes mayorías, asignatura pendiente de la revolución de independencia. 
  Años después, tras su paso temporal por la cárcel, comenzó su carrera política, donde, inspirado por Fidel Castro, dió cuerpo y contenido político a la propuesta bolivariana, incrementando fulgurantemente su popularidad, hasta la victoria electoral de la alianza patriótica en 1998. 
  Tras esta victoria, se inicia la Revolución Bolivariana, siendo su primer y principal paso, la elaboración de la Constitución Bolivariana de 1999, instrumento legal a través del cual se ponen las bases para una mayor redistribución, democratización y garantías sociales al conjunto de la población venezolana. 
  Sin embargo, los avances en materia social conseguidos por el gobierno bolivariano se hicieron inaceptables para la clase dirigente venezolana, la cual apoyada por la mayoría de medios de comunicación nacionales e internacionales y dirigida por el imperialismo, principalmente norteamericano, trató de derribar al gobierno a través de diversas formas, siendo el culmen el intento de golpe de estado de 2002, golpe que fue abortado en las calles por los y las trabajadoras venezolanos en menos de 48 horas, sentando un precedente histórico, además de enviar el mensaje claro de un pueblo que no iba a aceptar una vuelta al pasado de opresión política, económica y social, ratificando al mismo tiempo la voluntad de continuar y profundizar un proceso revolucionario que pusiera rumbo al socialismo. 
  Tras la victoria sobre el golpe, y los sucesivos triunfos contra la desinformación, el paro petrolero, las “guarimbas”, el acaparamiento, etc, se va acentuando la conciencia política de las masas venezolanas, el carácter revolucionario del gobierno y el sentimiento internacional de solidaridad para con la revolución bolivariana, hecho en el cual, tuvo un papel fundamental el 16º Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. 
  Así, durante este tiempo, se van desarrollando las misiones bolivarianas, los consejos comunales, la alfabetización, la subida de salarios, el empoderamiento constante de las y los trabajadores, la nacionalización de empresas, la recuperación de recursos naturales, la constante organización popular, la universalización y la gratuidad de la educación, el incremento del papel de la mujer, el otorgamiento de derechos a las minorías étnicas, el reconocimiento de la diversidad sexual, el apoyo incondicional a los pueblos explotados del mundo, como los pueblos saharaui y palestino, y ante todo, el fomento de la solidaridad internacionalista entre los pueblos de América Latina y el Caribe, consagrado en la Alternativa Bolivariana para las Américas. 
  La revolución bolivariana, comandada por Hugo Chávez, ha sido la punta de vanguardia continental, imprescindible para que otros pueblos pusieran fin a la larga noche del capitalismo. Sin el papel jugado por Venezuela, no hubiera habido o hubiera sido más difícil el desarrollo de otros procesos como los que hoy se desarrollan en Ecuador y Bolivia así como Cuba, no hubiera sido posible el impulso del proceso de Paz en Colombia. 
  A pesar de las dificultades y las contradicciones, la dirección de Hugo Chavez, ha sido exponente de muchas de las cosas que las/os comunistas defendemos, siempre desde la perspectiva de la necesidad de la profundización de las transformación radical de la economía y la sociedad, convirtiéndose en un referente histórico universal para todos aquellos que aspiramos a una nueva sociedad, cuya obra no será olvidada jamás. 
  Por todo esto: 
  Desde la Unión de Juventudes Comunistas de España, en nombre de todas/os sus militantes, trasladamos nuestro más profundo pésame a la familia de Hugo Chávez, al pueblo venezolano, al Gobierno Bolivariano, y a su delegación diplomática acreditada ante el estado español. 
  Confiamos en que el pueblo venezolano, sabrá mantener la unidad indispensable para resistir los envites del imperialismo y la oligarquía venezolana, y para mantenerse en la línea de transformaciones revolucionarias. 
  No descartamos ninguna maniobra insensata por parte del imperialismo y de la oligarquía venezolana. Llamamos a toda nuestra militancia y a toda la solidaridad internacionalista del estado español y el mundo entero a mantenerse en guardia ante cualquier provocación, y a reaccionar de urgencia para defender a la Venezuela bolivariana. 

Read more »

La bola de cristal del Sr. Rajoy, por Ana María Sánchez Domingo

Definitivamente, la bola de ver el futuro de Rajoy debe estar desfasada, y no sólo desfasada, sino totalmente desorientada. Algo extraño está ocurriendo, porque las cosas que ve Rajoy sólo las ven él y sus chicos. El resto del mundo mortal ve cosas distintas, y esto es un grave problema. Claro que él ya nos avisa: ya hay resultados positivos en la economía española, lo que pasa es que no se ven… es decir, no lo vemos ninguno de los que los sufrimos. 
  Si nos atenemos a sus triunfantes declaraciones sobre los resultados económicos, con los que consiguió grandes aplausos de su grupo parlamentario para sonrojo de todos los españoles, lo único que podemos ver es la inmensa manipulación que de los datos son capaces de hacer desde este Gobierno y que, repetido mil veces, intentan que se conviertan en una verdad, que el personal se lo crea y él salga con ovación y vuelta al ruedo. 
  Pero claro, nos tememos que su bola de cristal le engaña continuamente. Le cuenta cosas extrañas y él las suelta. Así tienen que venir luego los “hombres de negro”, los de la Unión Europea y el Banco Central Europeo a despertarle y bajarle de la nube. 
  O quizás es que conviene que tomemos aire y nos preparemos para lo próximo que él decida que “hay que hacer” y entonces la bola, además de estar desorientada es perversa. 
  Nos ha contado que en este año las cosas van a cambiar, va a haber crecimiento económico gracias a que ha hecho la política adecuada. Sólo ha durado unos días, pocos, lo dicho por su bola: le dijo que en el año 2012 la economía española decrecería en un 0,5%: y la realidad ha sido que nos hemos ido casi al triple de este cálculo, que ya anunciaba la Comisión Europea, el 1,4%. 
  Otra información perversa: Frente a lo dicho por Rajoy de que ya en este año el PIB tendría tasas positivas, Bruselas apunta que la economía española seguirá en territorio negativo durante todo 2013 y el retorno al crecimiento se retrasa al segundo trimestre de 2014. 
  Al crecimiento anunciado por Rajoy se contrapone el incremento del paro que la UE prevé que supere el 27%. 
  Pero es que además, y como se indicaba más arriba, han decidido engañar a los españoles por ejemplo con los datos del déficit de 2012. Declaran que es de un 6,7% cuando la realidad es que se ha llegado al 10%. Para confundirnos deciden extraer de la cifra real la parte que corresponde pagar por ayudas a la banca ¿es que no hay que pagarlas?. A lo que parece, las deudas que hemos tenido que contraer para dárselo a los bancos no cuentan. Esto echa por tierra las previsiones de la bola del Sr. Rajoy, porque no es lícito hacer ese rebaje. Por esa regla de tres rebajamos esa cifra en función de quién la genere y lo dejamos en 0%: y cuentas cuadradas! 
  Ha habido una caída en ingresos tanto de los impuestos directos como indirectos. Ello se debe, según la Comisión, a la caída del consumo y de las transacciones de vivienda, al descenso del empleo y los ingresos laborales. Se ha podido sujetar en parte por la subida del IVA con que nos obsequiaron. 
  Sigamos con las previsiones que le han fallado también: España seguirá incumpliendo sus compromisos de déficit este año, ya que llegará al 6,7%, en lugar del 4,5% previsto, y en 2014, cuando alcanzará el 7,2%, en lugar del 2,8%. 
  Podríamos también hablar de cómo nos quieren vender el comercio exterior cuyo saldo parece que mejora; que según ellos supone un auge de las exportaciones, pero no dicen que lo que cae en picado son las importaciones: no hay un duro para importar nada, es decir que se consume cada vez menos. 
  Finalmente, Los grandes déficits públicos, la contracción económica y los costes de la recapitalización de la banca harán que la deuda se dispare desde el 88% del PIB en 2012, al 95,8% este año y el 101% en 2014. 
  Pero todo esto ¿Qué nos quiere decir? Pues además de que el Sr. Montoro no da una, lo que nos anuncian por boca del Sr. Rehn es que nos vayamos preparando, que van a ser necesarios más ajustes dado que con lo que se ha hecho ya los resultados no son los esperados. Y cuando dicen más ajustes todos sabemos de lo que hablamos: ¿Qué va a pasar con las pensiones? ¿Qué pasará con las prestaciones por desempleo? ¿Qué pasará con los salarios? ¿Qué más se podrá privatizar? Para Bruselas, en resumen el Ejecutivo no tiene más remedio que preparar nuevos ajustes. Tijera sobre tijera: medidas adicionales para 2014, que Rajoy no puede tardar mucho en anunciar si quiere que se suavice la senda del déficit… El déficit, ese becerro de oro al que tanto PP como PSOE elevaron a los altares incluso Constitucionales… para enriquecer a algunos, sin duda. 
  Y esta es la jugada denunciada una y otra vez desde Izquierda Unida: las políticas neoliberales de la Comisión Europea no contribuyen a salir de la crisis, sino muy al contrario lo que hacen es crear un inmenso agujero negro que cada vez profundiza más, pues al haber más paro habrá menos dinero para consumo, menos ahorro y por tanto habrá menos inversión que llevará nuevamente a un retroceso de la producción que solo generará más paro… 
  ¿Hasta cuándo? Pues posiblemente hasta que se haya reducido a la clase trabajadora a la condición de semi-esclavitud donde la protección social no exista, las garantías sociales sean un vago recuerdo, las normativas laborales y los convenios desaparezcan, la sanidad y la educación hayan pasado a manos privadas y sólo sean accesibles para los económicamente afortunados y nuestros jóvenes hayan reescrito un nuevo capítulo de la emigración española. Quizás entonces, cuando ya estemos en un estado de beneficencia donde los caciques campen a sus anchas alguien en Bruselas decida que ya se acabó la crisis. 
  Mientras tanto rogamos encarecidamente al Sr. Rajoy que cambie de bola, porque esta le traiciona y le hace quedar en ridículo… no sabemos si diferido o simulado. 



Ana María Sánchez Domingo es Coordinadora Provincial de IU-Cuenca. 


Read more »